Este
insecto de la familia Panorpidae es muy fácil de reconocer por su aspecto.
Presenta un rostro alargado con forma de pico o de trompa, en cuyo extremo
aparecen las mandíbulas masticadoras. Sus alas también tienen una configuración
muy atractiva con diferentes manchas negras irregulares y venas por toda su
superficie.
Las
fotos que hoy os presento pertenecen a un macho, ya que las hembras presentan
el final de su abdomen con forma puntiaguda, mientras que los machos tienen ese
apéndice que nos recuerda a los aguijones de los escorpiones, aunque en nuestro
caso solo sirve para copular con la hembra, rodeando el extremo de su abdomen
durante la copula.
Podemos
encontrar a nuestra amiga, la mosca escorpión, en bosques húmedos de frondosas,
cerca de arroyos con vegetación, incluso en parques y jardines.
La
puesta consiste en 10 o 20 huevos que se depositan en el suelo. Las larvas
viven como carroñeras entre la hojarasca y pasan a fase pupal en unas cámaras
que ellas realizan en el suelo. Hay dos generaciones por año.
Los
adultos se alimentan principalmente de insectos muertos y restos vegetales en
descomposición aunque también se alimentan de néctar y del liquido azucarado
que segregan los pulgones.
Este
ejemplar lo encontré en las Montañas de Espinosa de los Monteros en Julio de
2010, aunque después he tenido ocasión de verlo en otros lugares.
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